11 agosto 2009

Más allá de las hamburguesas...

No creo que exista persona en este mundo que no haya ido a un McDonald's al menos una vez en su vida. Y como todo en la vida (ando escasa de sinónimos hoy. Pero, ¿un sinónimo para vida? ¿Camino? ¿en plan metáfora de Machado? -¿cómo puedo escribir tanto y no decir nada?- vida y punto), uno puede hacer dos lecturas de las cosas, aunque realmente la palabra lectura no es la adecuada en este contexto. Ok, empleemos visión. Como decía, como todo en la vida, uno puede tener dos visiones de las cosas, una visión superficial y una visión profunda.

Pues bien, yo hoy entré en un McDonald's y tuve una revelación, hice una visión profunda y me di cuenta de que encierra cosas realmente inquietantes que tengo que compartir con el resto de la "humanidad", y digo "humanidad" entrecomilladamente porque las 4 o 5 personas que leen mi blog no es que se considere una muestra de población demasiado extensa.

En primer lugar, hay una constante importante en todos y cada uno de estos restaurantes (lo de "restaurante" es un término bastante discutible también): los adolescentes. No falla. No recuerdo haber entrado alguna vez y no haber visto al menos a uno. Deben ser como una mafia organizada, como la de los peatones que se lanzan a los coches de las autoescuelas, pero de eso hablaré otro día. Puede que tengan incluso turnos de mañana-tarde-noche, o quizá simplemente vengan con el decorado, no lo sé. El caso es que están ahí, con sus happy meals, sus gritos y sus aparatos dentales.

Hay otra cosa que pondría los pelos de punta al mismísimo Iker Jiménez. ¿Cómo es que te pides un McPollo aqui y sabe EXACTAMENTE IGUAL que un McPollo del Congo? Que por cierto, allí si que hay McDonalds.

Eso me lleva directamente al tercer punto inquietante. ¡¿Hay algun lugar en el mundo en el que no haya algun jodido McDonalds?!. Se empieza vendiendo hamburguesas y se termina por querer dominar el mundo... yo solo lo advierto.

Además de todo lo que saqué hoy de mi visión profunda, están los mitos que circulan por ahí sobre este sitio. Encontré uno de los más famosos en el blog "Leyendas Urbanas y Mitos varios":




(...) Según fuentes autorizadas de la Universidad Estatal de Michigan, trascendió recientemente, que la carne que utiliza McDonalds para sus hamburguesas, proviene de unos auténticos bultos sin patas y sin cuernos, que son alimentados por medio de tubos conectados a sus estómagos y que de hecho no tienen huesos, sino un poco de cartílagos que nunca llegan a desarrollarse.

De hecho he oido a amigos mios decir que tienen amigos que fueron a nosequé granja de McDonald's en vete tú a saber dónde y vieron estas "cosas" antes de ser transformadas en insípidas pero adictivas hamburguesas. Pero vamos, que esto de las leyendas urbanas es así. Si no, acuerdense de Ricky Martin y la mermelada. ¿Quién no conoce a alguien que dice que conoce a otro alguien que vio el momento erótico-festivo del latin lover en "Sorpresa, Sorpresa"? De todas formas, si no fuera porque no me fio de mi memoria infantil, juraría que ese día yo estaba delante del televisor, me mandaron a la cocina a por agua, y justamente cuando volví, todo había pasado. Pero vamos, a veces no sé en qué medida me invento mis recuerdos de la niñez.

¿Quién sabe? Quizá la próxima vez que vayas, y tengas ganas de hacer una visión profunda del lugar, veas algún que otro enigma más... Si lo piensas, esto de las franquicias puede ser espeluznante.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

eso explica que en los simpson hablaran de un animal raro.cuando se referian al krastiburguer.