31 octubre 2012

Y los peldaños van a ser cimas. Y los pasillos tan largos.

Sin previo aviso y sin ningún motivo aparente, más que el de estar demasiado lejos, tengo de repente la sensación de que el tiempo no tiene la intención de volver a pasar en su sentido natural, sino que va a dedicarse a correr siempre en sentido inverso. Y mañana será martes. Y dentro de un mes, septiembre.




Y la próxima vez que volvamos a vernos estará entonces tan lejos como me lo parece en este momento.