
...y hasta te olvidas de las canciones de 4.40, de las cenitas en Marbella y de los jodidos poemas sinsonantes de su puño y letra.
Después del batido de pipa vino "la soberbia cámarera de la mala leche", que me mandó a callar tajantemente mientras realizaba mi pedido. No me mandaban a callar de esa manera desde parbulito. Mi resquemor iba en aumento.
Luego, diversos sucesos que, por su insignificancia (la palabra extraña de hoy, que no es extraña, pero a mi me lo parece), no merecen ser nombrados. Pero lo de hoy.... lo de hoy desató la furia de la consumidora insatisfecha que llevo dentro.
Me disponía a invitar a mi amiga Mónica a un colacao por su cumpleaños (yuju! si! así se colocan las jovencitas de hoy en día) y quise darle una sorpresa. Una mierda de sorpresa, porque un bollito con una vela en medio no es que sea para tirar voladores, pero vamos... para los medios que tenía a mi alcance en ese momento, aquello era lo mejor que podía ofrecerle. El caso es que me acerqué a la barra, pero el tío que estaba detrás no me dejó ni articular palabra... "LA NORMA dice que no puedes hablar conmigo. Los colacao tienes que pedirlos en la mesa! Las bebidas ahí. Ehh.. no soy yo, es la norma, muñeca" (ok.. lo he exagerado un poco, pero la idea general de lo que dijo es esa).
No contento con eso, decidió gritar a los cuatro vientos que si alguien sabía donde había velas (eso después de que me dejó explicarle por qué me estaba saltando "LA NORMA", claro). Genial, ¿por qué no sacas el megáfono, amigo, y acabamos antes? Mi sorpresa a la mierda. Como consecuencia, además de la decepción, mirada penetrante + respuesta en tono irónico: "claro, grítalo, que no pasa nada hombre, pa eso son las sorpresas"
Lo que pasó después ya no importa. No hubo sorpresa ni bollo. Colacao aguado si. Ahora me da pena. En realidad, en este momento me doy cuenta de que quizás no es para tanto. A veces mi fiera interior sale sin motivo alguno. Pero es que si uno no es afín al código empresarial, no hay nada que hacer. Es que es un territorio sin ley, allí las cosas no son lo que parecen. En fin, es duro, pero la decisión está tomada. Si alguien sabe donde puedo tomarme los colacaos de madrugada, que contacte conmigo con la mayor brevedad posible.
Si se enteran de si han cambiado "LA NORMA" y funcionan como una empresa normal, en la que la gente puede pedir cosas en la barra, hablar libremente y pedir batidos de frambuesa sin miedo a morir de una indigestión, por favor, también contacten conmigo. Gracias.
El caso es que me imagino lo que pasó después de que al desequilibrado en cuestión se le ocurriera semejante absurdidad (Sé que no existe, pero decidí adoptarla. A ver, hay gente que compra parcelas de cielo o apadrina las pulgas de un gato balinés. Pues yo me invento palabras y las adopto. Ningún problema, ¿verdad?). Seguramente pasó una persona optimista y dijo "¡Ey! ¡Recorcholis! ¡Eso es arte!" (así es la gente que sabe de arte). No hace falta decir más, sólo con eso ya se pone de moda. Las personas optimistas tienen ojo para estas cosas.
De todas formas, como siempre hay que rizar el rizo, muchos no se quedan contentos con la explicación de que esto simplemente es arte, porque el arte no es simple, amigos. Y en parte también porque a la gente le gusta más una leyenda urbana que a un bobo un lápiz.
Dicen por ahí que si te encuentras con un par de zapatillas colgadas de los cables de la luz es que cerca hay alguna casa en la que se vende droga. Siempre es interesante saberlo. También se comenta que puedan ser una especie de "galardón" por haber cumplido con un ajuste de cuentas. Mira que bien. Los oscars de la mafia.
Las modas no siempre llegan a la misma velocidad a todas partes, y donde yo vivo no es que el 'shoefriti' este esté precisamente en ebullición, pero yo me he encontrado con esto antes. Ingenua de mi, lo primero que pensé es que habrían avasallado a algún friki, le habrían quitado las zapatillas y se las habrían colgado ahí arriba para reirse un rato.
Ahora que sé todo esto, no tengo muy claro si parararme, poner cara de interesante y asentir (como hace todo el mundo en el museo, vamos) o salir corriendo. Probablemente haga las dos cosas.
(Pssst.... por si alguien viene a condenarme, aviso que tomé prestados los colorarios de la Wikipedia)
(Colorario... que palabra tan curiosa)