Hoy, en la telenovela diaria "Pasión de vecinos (en el bloque de Raquel)"...

... el capítulo número 382 de la primera (y espero que última) temporada:

"¡¡Y en mi propia cama!!"

Starring La Vecina del 4º

Me atrevería a decir que conozco a todos los vecinos de mi bloque. Puede que alguna cara se me escape, no digo que no, pero después de estar viviendo en este piso de paredes de papel durante más de un año sería capaz de reconocer las voces de los sujetos colindantes a mi casa y seguidamente identificarlas con la vivienda de origen con los ojos cerrados.

Algunos tienen voces más agudas de lo normal, y claro, destacan sobre el resto. Es el caso de Carmen, de quien ya hablé aquí en alguna ocasión, de la Familia Cantarrancheras, o del Señor-que-a-media-noche-se-cae-y-me-despierta (que también es el señor que habla por teléfono a las 3 de la mañana con el manos libres a toda pastilla, también mencionado en algún post hace algunos meses). Están tan presentes en mi vida diaria, que he acabado rebautizándolos a mi manera.

Carmen tararea a Los Panchos, los Cantarrancheras se pelean (además de cantar rancheras) y el Señor de las caídas mantiene viva su vida social telefónica cada madrugada. Esa es mi rutina. Eso oigo yo incesantemente cada día, sin cambios, sin sobresaltos. Siempre igual.

Hasta hoy. Hoy una voz distinta ha irrumpido en mis quehaceres cotidianos, y me he visto obligada rebautizar a alguien que no había oído antes: La Vecina del 4º

Ya la había visto alguna vez en el portal, junto a su marido. Dos abueletes mayores estándar, tranquilos, que dicen hola al pasar... Quién iba a imaginarse lo que se escondía tras esa apariencia de pensionistas aburridos.


[...]

Martes. 
11:30 de la mañana.
Estoy en el salón con mi portátil y la ventana abierta mientras hago de maruja moderno-virtual en el Facebook.
No hay música puesta. Todo está en silencio. Suena el teléfono en casa de La Vecina del 4º. No oigo con claridad, hasta que la conversación con quién supongo era una amiga de La Vecina del 4º comienza a tornarse tensa.

(Por favor, léase con voz de abuela para dotar al texto de mayor realismo)

"...¡¡Es que no fue sincero!!, ¡¡No lo fue!!, y eso no es lo peor. Ya no es que me engañara con otra. Es que los pillé. Ahí, los dos. ¡¡Y EN MI PROPIA CAMA!!"

No hace falta que haga más comentarios. Esta última frase pude oírla con claridad. No hay lugar a dudas. Lo que escuché pasó realmente. He de decir que esto me produjo un trauma pasajero, además de una parálisis corpo-mental de algunos segundos. Tengo una imaginación demasiado gráfica.