11 septiembre 2010

Una bomba en la mochila

Dos individuos entran en una biblioteca con la intención de estudiar. Atraviesan el umbral de la puerta mientras mantienen una distraída conversación a media voz. Un señor rechoncho y con gafas (dato que no posee relevancia alguna, pero que me apetecía aportar) les detiene.

Señor-rechoncho-y-con-gafas: No podéis pasar con esas mochilas. Tenéis que dejarlas aquí, en recepción. La biblioteca está en el piso 1. Esas son las escaleras.

Individuo-1-con-cara-de-esto-no-tiene-sentido: Eh... bueno, pues vale.

Individuo-2: ¿Hay ordenadores arriba?

Señor-rechoncho-y-con-gafas: No. Es decir, sí. Pero no podéis usarlos. No sois socios. Usad los vuestros si queréis.

Individuo 1 comienza a descargar su maleta, pero se detiene dos segundos después tras darse cuenta de que no tiene sentido cargar escaleras arriba 40 libros, un portátil y un cargador en la mano y dejar una mochila vacía a los pies de un señor rechoncho y con gafas.

Individuo-1-dirigiéndose-a-individuo-2-lo-suficientemente-alto-como-para-que-señor-rechoncho-y-con-gafas-lo-oyera-claramente: Mejor nos vamos a la biblioteca de la facultad, ¿no?

Autoreflexión: Esta inviolable norma interna tendría sentido si estuviéramos hablando de la Biblioteca Nacional. Pero dado que se trataba de una biblioteca de barrio, en la que habrían como mucho dos personas, contando a señor rechoncho y con gafas, el diálogo anterior carece de sentido.

10 comentarios:

Irune dijo...

Pues vaya normas mas estúpida, normal que se les quede la biblioteca vacía!

Luna Méndez dijo...

Jajaja
eso me lo hacían a mí en la biblioteca a la que iba de pequeña.
Yo con mi inocente rostro tenía pinta de terrorista? Pues no.

Pero me hacían dejar la mochila abajo también, sí señora.

Y yo, que lo único que quería era un libro interesante...

Claudia P. dijo...

La gente o se pasa o no llega!!

blue_velvet dijo...

jajajaja qué mundo

X dijo...

Es que es 11-S, hoy está el mundo muy susceptible... :D

Me dijo...

Quién sabe cuál es la mentalidad del señor rechoncho y con gafas, y con qué finalidad les hacía baciar las mochilas. Lo que sabemos es que al menos no eran terroristas. Debemos darle las gracias al señor rechoncho y con gafas.

Juan Rodríguez Millán dijo...

No pensaba yo descubrir en tan pocos días tantos y tan cuirosos sitios en los que no se pudiera introducir una mochila, no...

r dijo...

sigo viva. en cuanto recobre fuerzas, vuelvo a comentar como de costumbre.

que sepáis que os leo eh? :)

dEsoRdeN dijo...

Eso les pasa por intentar estudiar...

Violeta Lunareja dijo...

Jejeje excelente, me gustó como terminó el texto.
Lindo sitio, me ha gustado, abrazos! =)