12 junio 2012

Era como haber llegado a casa.

Cuando sabes que se avecina una tormenta, o intentas ponerte a cubierto o te quedas inmóvil mientras la esperas, para acabar hundiéndote después. Quizá ya hayamos elegido, aunque no lo hayamos dicho en voz alta todavía, y lo lamento, porque me encantaba aquel estado de éxtasis y tranquilidad absoluta al mismo tiempo. Era como haber llegado a casa. Me obsesiona esa metáfora. Era exactamente esa sensación. Besarte era como haber llegado a casa.


5 comentarios:

Lisboa dijo...

Vuelve La Niccó romántica, o nunca se fue?

r dijo...

Nunca se fue. Lo que pasa es que a veces habla muy, muy bajito.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Algún día me tienes que explicar cómo se puede contar una historia tan romántica y melancólica en sólo cuatro líneas. ¿Te he dicho que te admiro...?

Claudia P. dijo...

A veces estar en el centro de la tormenta es un cúmulo de sensaciones y de poder, q luego se echan de menos. Y para mí la expresión de llegar a casa tb es comparable a la de q todo encaja por fin. Las piezas del puzle de mi vida empiezan a encajar y ya me da igual las tormentas q se desaten a mi alrededor :)

dEsoRdeN dijo...

Que te quiten lo besao!