31 diciembre 2009

Hazme caso. Antes de que pase esta noche...

Limpia la casa a fondo, así entrarás bien en el año.

Prepara lentejas para cenar, que eso da suerte segun los italianos. Y los italianos de otra cosa no sabrán, pero en lo que a suerte se refiere, son todos unos expertos, oiga.

Ponte ropa interior roja.

No te olvides de colocar maletas detrás de la puerta, que así viajarás el próximo año.

Escribe todo lo malo de este año en un papel y después quémalo. A partir de mañana todos tus problemas habrán desaparecido.

Ah, no te olvides de comprar uvas. Eso no puede faltar.

Mientras suenan las campanadas, te las comes y pides un deseo.

Cuando toque brindar, mete un anillo de oro en la copa y la fortuna te acompañará este año.

Ahora coge una silla bien cómoda y siéntate a esperar.


Mira lo que has conseguido.

Mi conciencia está harta de repetirme una y otra vez "Raquel, ya te lo dije". Mi cabeza está empezando a darse cuenta de todos los pasos en falso que he dado. Mi paciencia se está quedando en nada. Mis ilusiones me abandonaron hace tiempo. Y eso que es lo último que se pierde, ya lo he perdido.
Acostúmbrate a mi compañía. Al final nos quedaremos tú y yo solos, corazón.


28 diciembre 2009

Este es el último mensaje



No recuerdo exactamente cuándo leí el primero. Sí que recuerdo con claridad lo que pensé al ver aquellas letras plateadas en una montaña junto a la autopista del norte de Tenerife.

"...qué frase tan bonita. Joder, seguro que es publicidad. Pff, el dinero siempre está detrás de todo..."


Con el tiempo descubrí que no había ninguna intención oculta. Quienquiera que fuese el que colocaba aquellas letras sobre la valla tan solo pretendía hacer sonreír a las miles de personas que cada día circulaban por esa zona.

Las frases se sucedían de manera irregular y siempre conseguían arrancarme un pensamiento positivo, un recuerdo, un deseo, una ilusión... a mí, y a muchísima gente más.
"Las frases de la autopista" se convirtieron en un tema recurrente. Periódicos, televisiones y demás medios han intentado sin éxito averiguar quién está detrás de este maravilloso fenómeno. Anoniman, en cambio, ha preferido mantenerse en el anonimato, como su nombre indica.

Hurgando en internet encontré su blog, y ahora soy una seguidora más. Ahí encontraréis todas las sonrisas que este hombre me ha sacado (y algunas que me he perdido mientras he estado en Gran Canaria).

Hace tiempo que quería hablar de esto. Me decidí a hacerlo hoy porque por primera vez leí una frase diferente a todas las anteriores...:

"Este es el último mensaje"


Espero que sea cosa del día de los inocentes... Si no, echaremos de menos el tramo de carretera más dulce.

27 diciembre 2009

52 594 876,6 minutos

24 horas. 1 440 minutos. 86 400 segundos.

...y resulta que cambié de idea. Resulta que lo que ayer era blanco, ahora es negro. Resulta que no habrán nuevos pensamientos incesantes, resulta que no quiero. Resulta que me di cuenta que estoy perdida en otros ojos. Resulta que no me interesan los "casi", resulta que me persigue el mismo pensamiento de siempre, resulta que no voy a poder librarme de él.

876 581,277 horas. Millones de segundos. Una eternidad.
Eso es lo que realmente ha pasado entre ayer y hoy.
Tuve que esperar un siglo para darme cuenta de que te sigo esperando...




[Habitación a media luz.]

24 diciembre 2009

Esto no me está gustando nada.

Porque ya sé como acaba.
Cualquier día me reiré sola mientras voy de camino a casa.
O suspiraré sin motivo alguno.
Cualquier día te pasearás incesantemente por mi mente,
y encima yo sonreiré mientras mi mirada se pierde en el infinito.
Peligroso. Muy peligroso. Porque ya sé como acaba...



(Si es que yo lo sabía. No tendría que haberme perdido en tus ojos...)

23 diciembre 2009

Mis (verdaderos) propósitos

... No voy a apuntarme a un gimnasio,

... no planificaré mis cosas mejor, seguiré dejando todo para el último día,

... seré tan despistada y olvidadiza como siempre -lo cual implica que esta año tampoco recordaré ni un solo cumpleaños-,

... el chocolate continuará furtivamente presente en mi dieta,

... trataré de hacer ese tipo cosas que solo se hacen una vez en la vida,

... ¿lo hago, no lo hago? Lo hago.

... ¿me lanzo, no me lanzo? Me lanzo.

... Cambiaré de rumbo si hace falta,

... apostaré todo a una carta si creo en ello de verdad,

... seguiré oyendo aquello de "Raquel, estás como una cabra",

... me equivocaré (tampoco lo descarto),

... aprenderé,

... descubriré,

...improvisaré.





... pero yo a un gimnasio no me apunto.


¿Y tú? Dime, ¿Cuáles son tus (verdaderos) propósitos?

20 diciembre 2009

SuRrealista tarde, absurda detención

Me cuesta escribirlo. En realidad no quiero reconocerlo. Pero los hechos hablan por sí solos. No conduzco bien.
Me gusta, me relaja, me entretiene, me divierte... pero lo hago mal. Yo pongo los intermitentes, hago los ceda el paso, respeto los semáforos... pero de vez en cuando se me cruzan los cables y pasan cosas como esta:

[...]
Amiga-copilota: Raquel... baja la ventana, te están diciendo algo los policías de ahí.

Raquel-haciendo-un-ceda-el-paso-después-de-haber-hecho-un-cambio-de-sentido (bajando la ventana y dirigiendome a los policías): ¿Si?

Policía-al-volante: ¿Venías de abajo? No me puedes engañar. Todavía tienes la dirección girada. Eso no se puede.

(Silencio)
(Se ríe. Hace aspavientos como diciendo "lárgate, anda")
(Hago aspavientos como diciendo "¿¿me largo??")
(Repite los aspavientos como diciendo "lárgate")
(Me largo, pero despacio, porque no me quedó claro)
(Me sigue. Se pone en paralelo....)

Policía-(guapo)-copiloto: Párate por donde puedas, anda.

(me paro)

Policía-copiloto: ¿Ibas a darte a la fuga?

Raquel-estupefacta-nerviosa: Eh... yo... eh... entendí mal... eh....


Policía-copiloto: Dame los papeles del coche y la documentación.

(Para complicarlo todo un poco más, mi hermana decidió hace un par de semanas esconder los papeles debajo del sillón. Mi sillón, a su vez, decidió atascarse. Entre el momento en que me los pidió y el momento en que se los entregué... pongamos 10 minutos)

Policía-conductor-malaleche: Esto también te sirve (para que te multemos-aunque no lo dijo), tienes que tener los papeles a mano.

Policía-copiloto: ¿Sabes que no se puede hacer el cambio de sentido que hiciste? Además, es peligroso. ¿Te querías meter el gol, eh? Todo el mundo lo hace ahí...

Amiga-copilota: Es que la pobre es de la Matanza... no viene mucho a Santa Cruz... No sabe.

[...]

Bien, el rollo chica-de-pueblo-desorientada-en-la-ciudad debió funcionar... Al final no me pusieron la multa. Los policías se subieron al coche y se marcharon.
Yo arranqué, aparqué lejos de allí y nos fuimos de compras. Una vez en la calle, dado que yo tengo la manía de cruzar siempre en rojo, me importó poco el muñeco colorado del semáforo. Justo cuando estaba poniendo un pie en el asfalto cruza el coche de los policías que me habían no-multado. Evidentemente, me quedé quietita. Es mejor no tentar a la suerte.
Se dan cuenta de lo que iba a hacer.

Pasan. Sonríen. Saludan.
Sí.
Saludan. Sonriendo.

El resto de la tarde no fue bien. Debe ser el día internacional de la patosidad raqueliana.
Rompí un micromachine mientras jugueteaba en una tienda y tuve que pagarlo. Claro que mejor pagar 1'50 € de chatarrilla rota sin ruedas que una multa y unos cuantos puntos menos en mi inmaculado carnet de conducir. Prefiero verlo así.

[El vehículo, siniestro total]



En días como hoy, es mejor quedarse en casa. Eso es lo que estoy haciendo. Conductores y vendedores de coches-tamaño-goma-de-borrar de Tenerife: respirad tranquilos.

17 diciembre 2009

Te propongo algo:

Hagamos como que me da igual, como que mi indiferencia es de verdad así de indiferente, como si detrás de mi sonrisa no hubiera nada más que eso.
Hagamos como que tengo la cabeza donde tengo que tenerla, como que he vuelto a ser de hielo, si es que alguna vez llegué a serlo.
Hagamos como que las palabras "¿Y si...?" -¿y si tú...?, ¿y si yo...?, ¿y si todo lo demás...?- nunca pasan por mi mente. Hagamos como que el condicional no existe, como que los ojalás tampoco, ni todas esas frases que se suelen decir cuando las cosas no salen como uno quiere.



Y puestos a hacer, hagamos también como que tus labios no me siguen produciendo intriga, como que no me siento como una idiota.
Sé fingir muy bien. Apuesto a que no te darás cuenta de que todo esto es pura mentira.



11 diciembre 2009

"Ojalá"

- ... ¿sabes lo que significa esa palabra? Ojalá yo no lo supiera. Mierda, ahí la tienes otra vez.

- ¿por qué?


- ¿por qué qué?


- Que por qué dices eso de que ojalá no lo supieras...


- Porque "ojalá" son todas las cosas que se quieren y no se pueden, por eso.


- ...



- Creo que tú también eres un ojalá.


- No estoy entendiendo nada, ¿lo sabes, no?


- Calla, déjame explicarte. Sí que lo eres. Eres un tipo de ojalá en concreto.


- Venga, dilo.


- No va a gustarte saberlo.


- ...


- Deja de mirarme así, ¿quieres? Eres un "ojalá creyera que eres tú", "ojalá te colaras en mis pensamientos mientras la profesora de lengua explica la diferencia entre el pretérito pluscuamperfecto y el indefinido", un "ojalá pudiera enamorarme de tí". Todo sería mucho más fácil.


- ¿Qué pasa? ¿Es que hay otro ojalá en tu vida?


- Sí... Pero él es otro tipo de ojalá.




[...]


10 diciembre 2009

La tetita

No sé que me gusta más, si los ositos hiperactivos del principio, la cara de susto de los chiquillos, la melodía, los chilliditos de la pequeña Wendy, su estilismo, los comentarios de la voz en off...





Si alguien se está preguntando cómo llegué hasta ese vídeo, esta es la respuesta:



Ala, coge un ecuatoriano desabrido, un organillo de verbena y un croma y en menos de 10 segundos habrás conseguido mandar a la mierda un drama mundial.

08 diciembre 2009

Curiosa niña llamada Verónica.

Domingo.
Entro en un bar para pedir unos bocadillos y me apoyo en la barra a esperar. Miro a mi izquierda y veo a una niña de unos cuatro años. Está sola, esperando a que llegue su vaso de agua. Ella también se percata de mi presencia.
Como los niños son mi debilidad, no puedo resistirme, le sonrío y pruebo a entablar conversación...

["Niña" me miraba con curiosidad]

Raquel: ¡Hola!

Niña: Hola. ¿Cómo te llamas?

Raquel: Raquel, ¿y tú?

Niña: Verónica. ¿Tienes novio?

Raquel: No

Niña-Verónica: Yo si. Se llama Nick. Es el de los Jonas Brothers. ¿Tú ves Disney Channel? Sale en el Disney Chanel. Y es mi novio. Y le gusto mucho. Sí.

Raquel: ¡Qué bien! Pero... una cosa, ese chico habla en inglés. ¿Tú sabes inglés?

Niña: Claro. Sé decir red, one, two, three, four, five, six, seven, eight, nine...

Raquel: Ten

Niña: Ten

Raquel: Creo que deberías saber decir "Hola Nick, te quiero". Se dice "Hello Nick, I love you"

Niña: No, si le hablo en inglés ya no le gustaré. ¿Tú sabes lo que es chutar a gol?

Raquel: No


Niña-levantando-los-brazos-y-gritando: Sólo tienes que darle una patada a una pelota y gritar GOOOOOOOOL. Ya está. Es eso.

Raquel: Creo que hay que hacer algo más. No me hagas mucho caso, pero me parece que hay que meter la pelota en algun sitio.

Niña-experta-en-deportes: Claro. La pelota hay que meterla en la porquería.

Raquel: PorTería

Niña: Eso, la porquería. ¿Ves eso de la tele?

[Copa Davis]

Raquel:

Niña: Eso es fútbol.

Raquel: No. Eso es tenis. ¿Sabes lo que es el tenis?

Niña: Ah si, eso es un juego en el que unos señores se ponen zapatitos blancos y cantan juntos "zapatito blanco, zapatito azul, dime cuantos años tienes tú"

Raquel: Entonces esos señores tan serios en realidad van a cantar. Qué interesante.

Niña-cambiando-de-tema-porque-ya-le-aburrieron-los-deportes: Sí. Mira. Esta es mi hermana Patricia. En realidad es una muñeca, pero es mi hermana. Y tiene tres años, y no se le quita la ropa, pero lleva bragas. Mi prima Laura duerme sin bragas, que yo lo sé. Pero mi hermana no.

Raquel: Eso no lo digas donde tu prima te oiga.

[Padre de la niña, que llevaba todo este tiempo en la mesa con el resto de la familia, entra en acción]

Padre: Verónica, vamos a la mesa ya.

Niña-cara-triste: Adiós Raquel.

Raquel: Adiós Verónica. Portate bien.

Niña-chillando-desde-lejos: Adioooooooooooos Raqueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeel.....

Estoy empezando a cansarme...

...de todas las cosas que no me merezco, de las desilusiones, de sentirme como jamás te voy a decir que me siento.
No estoy triste. Solo cansada, harta, llámalo como quieras.

05 diciembre 2009

Intoxicada

No se me ocurren buenas ideas. Para muestra, un botón:

Jueves, 03/12/2009
(23:50)
Tengo que terminar un encargo traducción, y preveo (valiéndome de inexactos cálculos mentales) que tardaré toda la noche en acabarlo. Seguidamente pienso:

- ¡CAFÉ!

Viernes, 04/12/2009
(00:04)
Sirvo el contenido de una cafetera PARA TRES PERSONAS en un VASO -y no una tacita-. Me parece demasiado, así que le quito un poco y le añado leche fría y leche condensada.
Bebo:

- ¡¡Dios!! ¡Qué frío está esto! ¡Claro Raquel, serás tonta! Le echaste leche fría. Ok, ponle más café, que eso sí está caliente.

Añado el poco café que quedaba en la cafetera. Bebo:

- Puaj, ahora está amargo...

(01:43)
Termino la traducción, pero para ese entonces un cuarto de la producción mundial de café ya ha hecho efecto en mi cuerpo.



Me voy a la cama, doy mil y una vueltas, me levanto, me acuesto, voy a la cocina, me como una manzana a pesar de que las odio con todas mis fuerzas, vuelvo a acostarme, cierro los ojos, los abro, los cierro, cien vueltas más.... y entro así en un bucle que debió detenerse varios minutos antes de 6:23, momento en el que despierto sobresaltada por una absurda pesadilla fugaz [en la que yo ocupaba el cuerpo de un policía HOMBRE infiltrado en una organización militar maligna] y miro el reloj. Después de eso me resigné, la cafeína tenía la batalla ganada.


Moraleja:
Ingerir café de madrugada no es beneficioso para el descanso -máxime si estamos hablando de cantidades industriales-.


[Nota]
El resto de mi día no fue mejor, pero al menos aprendí otra lección.

Moraleja 2:
Aplicar una dosis considerable de insecticida-matacucarachas en una habitación totalmente cerrada y después permanecer en ella más de 10 segundos puede provocar una intoxicación.


(Sí, casi acabo patas arriba en mi cocina).

03 diciembre 2009

Tú, chico de nombre adictivo...



...chico que apareció de repente.

....chico que saca lo mejor de mí, (que me motiva); chico que conozco desde hace 10 horas y 37 minutos en total, (que me conoce más que muchos que llevan viéndome durante años); chico que cree en mí y en mi talento escondido, (chico que hizo que yo también creyera); chico que observa, escucha, atiende y habla, (chico que me cuenta historias fascinantes - acompañadas de un léxico absurdo y muy gracioso); chico tierno, chico dulce, (chico al que admiro).

...chico que quiere aprender, conocer, descubrir, ayudar.
...que lucha por sus sueños; que, como yo, tiene miedo -y sabe cómo afrontarlo-

...chico que sabe que la felicidad no es fácil de encontrar, y si se cruza en tu camino, no puedes dejarla escapar; que sabe que cuando algo te hace feliz tienes que luchar por ello. Chico que compartió eso conmigo, (y ahora yo también lo sé) .


...que es capaz de sorprenderme,
...que me ayudó a encontrar mi camino correcto,
...chico que me alegro de haber conocido.

Tú, chico de nombre adictivo, (voy a echarte de menos).

01 diciembre 2009

(el prefijo) "des..."

No tengo claro hasta qué punto me creo lo que he querido creerme, puede que me haya estado engañando y no me haya dado cuenta. O puede que ese inoportuno prefijo delante de la palabra ilusión haya hecho bien su trabajo, y haya terminado convirtiéndome en lo que me encontré esta mañana frente al espejo: nada.
Nada no por fuera. Nada en mis ojos. Y por dentro, una sensación extraña de vacío, de desgana, de indiferencia, de apatía... No tengo ni la menor idea de cómo se quita eso.

Alguien me dijo no hace mucho que mi problema es que yo pido demasiado. Espero demasiado. Deseo demasiado.
Puede que sí. Puede que no.

TataTACHAN!!

Lo conseguí.
Estreno nuevo look bloggero :)
¿Qué os parece?