Arrojarme de esa manera,
como las otras veces (que me equivoqué).
Arrojarme de esa manera deliberada, sin pensarlo demasiado. Yo, al vacío.
Como si no tuviera miedo, como si no hubiese aprendido nada.
Y es mentira. Tengo memoria y tiemblo,
y a veces hasta creo que se me van a salir el corazón y los interrogantes por la boca.
Pero es la única manera. Para mí es la única manera que existe.
Que me empujen las ganas y cerrar los ojos.
Habrá una vez que sea la vez.
Y no me acordaré nunca más de todas las demás que se repitieron tanto.