25 septiembre 2011
Me estaba vengando.
No lo sabía, pero era lo que estaba haciendo.
Me estaba vengando por el tiempo perdido, por la incógnita eterna, por aquel quizás inoportuno, por todas las noches que deseé con todas mis fuerzas ser ella.
No fueron las circunstancias las que fueron injustas con nosotros y nuestra turbulenta historia. No fuiste tú, ni tampoco fui yo. Fue mi subconsciente. Mi malvado subconsciente, que se negaba a perdonarte aun cuando ya había pasado todo, aun cuando ya solo éramos tú y yo y nadie más que tú y yo.
Me había convertido en ti.
No lo sabía, pero intercambiamos los papeles y me había convertido en ti de la misma forma que tú te habías convertido en mí.
Yo, fría. Yo, egoísta. Yo, insensible. Yo y mi mundo. Yo y mis problemas. Yo, yo, yo, y nunca tú.
Y tú, esperando. Tú, esperando por mí. Tú, esperando a que me diese cuenta de que no eras el enemigo, de que todo había cambiado, de que solo éramos tú y yo y nadie más que tú y yo.
Hasta que llegó el límite.
Hasta que dejaste de esperar.
Hasta que dijiste que volvíais a ser ella y tú y nadie más que ella y tú.
Hasta que me di cuenta de que me había estado vengando, de que no me había dado cuenta hasta ahora, pero que era eso lo que había estado haciendo.
Y me arrepentí. Y me di cuenta de que ya pasó. Que no había nada que pudiera hacer ya para arreglarlo.
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10 comentarios:
Y no sientes impotencia!! por que no haya ya solución? pocas veces estado convencida de que no hay solución pero cuando lo hago me hierve la sangre de la impotencia.
tenemos multitud de recursos de mierda ahí adentro para estropearlo todo en cualquier momento. Ay, el ser humano y todas sus interminables miserias...
mi peor defecto es que creía que nunca cometía errores irreversibles.
¡Hola! Acabo de llegar a este blog después de no sé cuántos clicks en diversos enlaces blogueros.
¡Cuánta pena da ver un error que quizá pudiéramos haber evitado! Sin embargo... yo siempre pienso que todo pasa por algo, así que... quizá haya sido lo mejor. Nunca se sabe.
Al margen de ello, me ha gustado mucho tu blog por lo que, con permiso, me seguiré pasando.
Un saludo con olor a piedra mojada.
Odioso subconsciente...
siempre te la juega,
siempre esta ahí en los peores momentos inconscientemente, sin que te des cuenta.
Todos tenemos problemas y cometemos errores graves,de los que tarde nos damos cuenta, por muy diferentes que sean.
La de veces que soñamos con no sentir, estar vacíos por momentos, para no transformar sentimientos que no son, o equivocarnos, La de veces que nos gustaría dominar el subconsciente...
Si hubo un tiempo él y ella, y tú sujetando las velas, quizás... sólo quizás, hubieses hecho lo que hubieses hecho, podría haber vuelto a ser él y otra cualquiera.
Cuando alguien hace daño, parece creer que ese dolor es absorbido por la otra persona y olvidado. Sin embargo, antes o después, ese sufrimiento volverá a salir... lo que no sabemos en qué forma. En este caso, fue su misma actitud pero en ti.
Un abrazo!
Me gusta pensar que todo pasa por algo.
Hay trenes que pasan y no los cogemos porque no eran los nuestros. A veces tardamos en darnos cuenta, pero siempre termina apareciendo el correcto.
Fría, cruel e insensible. Con el orgullo intacto y el corazón machacado. Ains..
Un besito.
Vaya.
Me topo con este blog de casualidad.
Hm.
Ojalá no me sintiera identificada con este texto.
... Billy Mcgregor: por aquí, dando un paseo; un abrazo, amigo; Orión
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