Nunca había probado un final de verdad, así que no sabía cómo eran ni a qué sabían. Lo cierto es que antes había habido otros, muchísimos otros, pero supongo que esos finales no hacían honor a su nombre.
Ahora que ha pasado el tiempo he llegado a comprenderlo. Un final de verdad, un final de finales, es eterno y nunca vuelve a repetirse. Pensándolo bien, los finales se parecen un poco a los principios. Tampoco vuelven a repetirse jamás. Probablemente eso fue lo que lo estropeó todo, nuestro incansable afán por volver a ese punto. Ojalá lo hubiéramos sabido antes de perder el deseo, la atracción, la pasión, el amor y la inocencia por el camino.
Ojalá. Cómo odio esa palabra. Es la forma elegante que tiene la gente de decir que algo no tiene remedio. Y ciertamente no lo tiene. Y nos da igual. Porque esto es un final de verdad. Y ahora sé que un final de verdad es no saber de ti, es que no sepas de mí, y que ya no nos importe a ninguno de los dos.
Prefiero los principios. Cualquiera opinaría lo mismo que yo. Los principios siempre saben a algo. Los principios son dulces y adictivos. Los finales no. Los finales no saben a nada. A absolutamente nada.
Algo ha cambiado para siempre - Tulsa
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20 comentarios:
guau! siempre clavas las palabras exactas, como si te metieras en mi interior...impresionante...
¿de verdad es posible un final definitivo cuando ha habido tantos supuestos finales?
No te equivoques: los finales saben a nuevos inicios
ánimos!
A veces los finales son el preludio de un nuevo comienzo.
Anónimo... Es posible, si un día te levantas con ganas de un principio distinto con alguien distinto. Si no pasa, supongo que no era un final de verdad.
dEsoRdeN... Soy un poco Álex Ubago.
MAMUMA... Ojalá. Pero no un ojalá de esos que vienen a decir que algo no tiene remedio.
me encanta tu blog,me encanta tu forma de expresarlo...pero no me gusta la palabra FINAL..no me gusta lo q significa..espero q eso sea un punto y seguido...
Todo tiene su fin, simplemente algunas veces llega antes, otras después, otras amaga, pero siempre llega...y más cuando se le invita a menudo.
No comparto tu visión sobre la palabra ¨ojalá¨. Tú dices: ¨Ojalá lo hubiéramos sabido antes de perder (...)¨. Yo digo ¨Debimos darnos cuenta antes de perder (...)¨.
Yo prefiero emplearla cuando hablo sobre cosas que podrían hacerse en un futuro... lejos de ser imposibles. Ojalá significa esperanza.
Pareces tajante también con los finales amorosos. Un fracaso amoroso no tiene por qué llevar a dos personas a separarse en todo. Que no funcione una relación de pareja no implica que no lo haga una de amistad, en la que sí importe de manera diferente lo que le pasa al otro...por simple cariño o afecto.
Siento llevarte la contraria en éste caso, pero para comentarios aduladores tienes todos los demás. Los halagos idiotizan, las críticas constructivas te harán crecer ;)
¡Suerte!
Creo en esos finales definitivos que no saben nada. Pero creo más todavía en esos principios sabrosos que, quién sabe, pueden ser el comienzo de un para siempre. Por eso sí merece la pena un final cuando no hay más camino que avanzar, porque siempre suponen un comienzo de algo que puede ser totalmente distinto.
Mis elogios estarán aquí siempre, porque no tengo la más mínima duda de que siempre te los vas a merecer. Es lo que tiene confiar en tu talento. En tus muchos talentos.
"Ojalá. Cómo odio esa palabra. Es la forma elegante que tiene la gente de decir que algo no tiene remedio. Y ciertamente no lo tiene."
qué gran frase!
pero como dicen por ahí.. un final significa un nuevo comienzo!
ánimo, muak
Fin de finales ¿eh?...me suena a cierto tweet.
Has cerrado la puerta, has perdido la llave y has olvidado que un día la tuviste. Pero ese final es bueno porque te deja seguir adelante; no te ata esperando algo que ya sabes que no va a suceder.
Un beso
Los principios son ilusión, sonrisas, esforzarse por dar lo mejor de ti...
Los finales para mi son tristeza y muchas veces...melancolía de lo que pudo haber sido y no fue! Pero lo bueno de los finales, es que siempre implican para bien o para mal, un nuevo principio!!!
Acabo de descubrir tu blog y me ha encantado como escribes!!
Lo mas difícil para mi es dejar de saber de la otra persona.
Qué pena estos finales que hacen honor a su nombre y lo son para siempe... prefiero, sin duda, tomarlo como un nuevo comienzo ¿podría ser? :)
Raquel!!
Sí, los finales entre XX & XY suelen ser mierdosos y con muy mal olor global.
Los inicios huelen a algodón de felicidad, a zapatos nuevos, a forro de libro de cole.
-Me sabe mal que una chica como tú tenga que sorber tragos amargos alguna vez-)
Pero habrá algún inicio fuertote allí en el horizonte sentado, mascando chicle, inmune a los finales, o domador de ellos, que cuando se va a dormir se regenera mejor, y que encaja mucho más como pieza en nuestro poliédrico puzzle interior.
Y ya empieza a oler a nuevo, a algodón de felicidad...
Me gusta que a todo esto, you don´t call it ever love
Álex Ubago? Ahora vuelvo: voy a vomitar...
Me uno a la acción del Sr. Desorden.
Yo soy más de finales que demuestren que todo sigue, que nada sigue, que todo y nada es eterno!
Besos
Y lo tuyo fue más tuyo, y lo mío fue más mío...y lo nuestro de ninguno de los dos (Le punk)
...lo nuestro, que ni es nuestro ni es de nadie ya.
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