08 septiembre 2015

Se me atragantan a veces algunas calles.


Desde la palabra carrer hasta el último peatón.
Las atravieso, sin embargo,
aunque en realidad es al contrario.

Son ellas las que me atraviesan,
son ellas las que me recorren,

al volver a verme en otro verano,
en otro invierno,
andando sin rumbo,
esperando a que me lleven a casa.

Ya desde entonces se me atragantaban.
Quizá fui solo una persona más
de las que por allí pasaba.

Y de tanto pensar en eso,
y de tanto llorarlas,
aquellas calles me parecían anegadas.

Y aunque ahora están cambiadas,
a veces algunas calles se me atragantan.